el arbitraje colombiano urge de una revisión urgente para mejorar su nivel
Habían pasado solo horas desde el polémico arbitraje de Diego Alejandro Ruiz en el partido entre América y La Equidad en el Pascual Guerrero, donde los bogotanos rompieron el récord de faltas y no sufrieron ninguna expulsión, cuando el pito Wílmar Roldán, calificado como el mejor de Colombia, enfrentaba un reto en el Manuel Murillo Toro de Ibagué: suspender o autorizar el juego entre Deportes Tolima y Millonarios, por la agresión de un hincha al jugador Daniel Cataño, antes de que rodara la pelota.
En Cali, Ruiz no pasó la prueba y sus fallas fueron de lo que más hablaron los hinchas y la prensa, por encima de las incidencias futbolísticas.
Y en Ibagué, Roldán se convertía rápido en blanco de las críticas porque sugería iniciar el juego, a pesar de la gravedad de los hechos. Fue el retiro de los futbolistas de Millonarios lo que en realidad llevó a la suspensión del encuentro.
Desde hace mucho tiempo, el arbitraje es fuertemente cuestionado fecha tras fecha en la Liga y no aparece una sola acción que busque mejorar el nivel de los pitos en Colombia.
El País consultó tres analistas arbitrales que han tenido escarapela Fifa, Rafael Sanabria, Wílmer Barahona y José Borda, para saber cuáles son las causas del problema y qué soluciones debe haber sobre el mismo.
Las preguntas para tres exárbitros
1. ¿Por qué no levanta el nivel del arbitraje colombiano?
2. En la práctica, el VAR vuelve más cómodos a los árbitros en Colombia. ¿Cómo optimizar la herramienta?
3. ¿Qué hacer para que el arbitraje no sea noticia cada fecha?

Los árbitros muchas veces se apoyan en el VAR para las jugadas dudosas en el área.
Rafael Sanabria
1. La Federación Colombiana de Fútbol siempre ha mantenido el control del arbitraje a través de la Difútbol. Le han dado el control al señor Álvaro González. La única vez que tuvimos buen arbitraje en los últimos años fue cuando el entonces presidente de la Federación, Luis Bedoya, se lo quitó a la Difútbol y al famoso Colegio Nacional de Árbitros que manejaba González, pero otra vez este señor tiene el manejo.
Por el momento, el arbitraje lo está manejando Ímer Machado (exárbitro), pero resulta que hay un muchacho, Sebastián Restrepo, que es ahijado de González, es de Manizales, y ahora parece que va a llegar allí. Pasamos de Guatemala a ‘guatepeor’.
2. El VAR debe ser una ayuda para los árbitros, mas no debe ser invasivo. En Colombia, el VAR resulta complicado, porque quienes lo manejan no son las personas idóneas. El primero que entró a manejar el VAR fue el señor Wilson Lamouroux, que, increíblemente, salió del arbitraje competitivo por su baja calidad y llegó a la dirección del VAR.
El modo como manejan el VAR en Colombia es demasiado invasivo, porque desde allá le dicen todo al juez. El VAR debe funcionar simplemente para situaciones difíciles y sus hombres deben permanecer callados, solo intervenir cuando se requiera. Pero no hay la cultura para ello en Colombia.
3. El arbitraje debe ser independiente, que no tenga nada que ver con la Dimayor ni con la Difútbol, que no dependa de la Federación ni de una comisión arbitral. El día que no dependa de ninguna entidad, vamos a tener un arbitraje bueno, pero se deben escoger las personas idóneas para trabajar. Mientras sigamos en manos de algunos instructores, exárbitros, que quieran buscar algún ben
Wílmer Barahona
1. El arbitraje colombiano es deficiente por la estructura de nuestro sistema. El que maneja el arbitraje es la Federación. En muchas decisiones arbitrales y técnicas, los que intervienen son los miembros del comité ejecutivo, quienes son ignorantes del tema, porque se trata de una comisión integrada por personas que no han sido árbitros, como congresistas, abogados, médicos y hasta el Defensor del Pueblo.
Ellos son quienes nombran a los árbitros para la Liga. Ellos, supuestamente, son asesorados por el señor Ímer Machado y Fernando Avendaño, quienes han demostrado no tener la capacidad, ni mucho menos la credibilidad, para manejar los árbitros. Lo otro es que las políticas con que se maneja el arbitraje no son ideales.
Los escalafones deberían ser cada seis meses públicos y las evaluaciones de los árbitros debería tener unas evaluaciones más exigentes, de tal manera que si no pasan las pruebas, sean cesados hasta que se preparen. Pero no, sucede que los árbitros se equivocan y al mes ya están dirigiendo de nuevo, porque hay mucha flexibilidad.
Los árbitros no tienen retroalimentación. Y a esto hay que sumarle que hay árbitros que no están capacitados, porque tienen unos padrinos que los apoyan.
2. Como los árbitros saben que si se equivocan el VAR los corrige, entonces dirigen cómodamente, sin estar expuestos a una sanción, porque la herramienta los salva, y a los ocho o quince días salen a dirigir como si nada hubiera pasado. Y no debe ser de esa manera.
Cuando un árbitro se equivoque, debe ser sancionado dependiendo de la gravedad de su falla, por ejemplo, si influyó en el resultado. Los colegios de árbitros no son manejados idóneamente, porque también tienen problemas de padrinazgos.
3. Lo primero, como funciona el sistema actual, es que la comisión arbitral sea integrada por exárbitros, llámense Jesús Díaz, Albert Duarte, Luis Yesid Melo, José Joaquín Torres, gente que haya tenido un palmarés importante en el arbitraje nacional e internacional. Lo segundo, tener una comisión técnica con gente como Octavio Sierra, Jorge Arango, Luis Sánchez, en fin.
Que los árbitros que pierdan las pruebas físicas o teóricas queden parados seis meses mientras se preparan. Que los árbitros que influyan en el resultado, así el VAR los salve, tengan drásticas sanciones. Que las notas de los árbitros sean públicas. Y que sean públicas las conversaciones del VAR con el juez central durante los partidos.
José Borda
1. No levanta el nivel porque desde hace siete años vienen las mismas personas (Ímer Machado y Fernando Avendaño) dirigiéndolos y capacitándolos (a los árbitros) en la parte técnica, que es donde se presentan las falencias. Entonces, las políticas y directrices son las mismas y de esa manera seguiremos igual.
2. En Colombia los árbitros son VAR-dependientes. En la mayoría de los juegos, los jueces descargan su responsabilidad en el videoarbitraje y por eso esperan que sea la tecnología la que les diga qué hacer. Se deben preparar mejor los árbitros para que se comprometan en las jugadas que ocurren en el campo, como sucedía antes de llegar el VAR.
Esta es una política de la Fifa. Infortunadamente, en nuestra Liga no se aplica la línea de intervención que dicta la Fifa, sino la que dicen Ímer Machado y la comisión técnica; por eso pasan los problemas.
3. Los árbitros deben tener más capacitación teórica, práctica y física. Además, se debe implementar un Ceta (Centro de Entrenamiento Técnico Arbitral). España, Italia y muchas ligas del mundo lo tienen, para que los árbitros practiquen y unifiquen sus criterios en el VAR. La Liga no puede ser el laboratorio para que los árbitros aprendan y practiquen.