¿Qué tan difícil es convertirse en tenista profesional? Adria Soriano contó «las barbaridades»
Muchos son los que sueñan con ser tenistas profesionales, pero pocos los que lo logran. Y es que, como lo explicó y contó Adria Soriano, en entrevista exclusiva con Caracol Sports, «casi no se habla de las barbaridades que muchos llegan a hacer con tal de seguir jugando». Hay historias por montones y algunas de ellas fueron reveladas por el colombo español.
En la actualidad, el nacido en Barcelona, pero que se nacionalizó colombiano y representa a la ‘tricolor’, marcha de 576 en el ranking ATP. Además, a sus 24 años, ha alcanzado unas cuantas finales de torneos ITF. Sin embargo, llegar hasta dicho punto no ha sido sencillo. Los sacrificios y esfuerzos que ha tenido que hacer con innumerables y así lo dio a conocer.
«Hay gente que quiere hacer cosas y no puede por falta de recursos, a veces no pagan lo que deberían;
la cuenta bancaria empieza a acercarse a los números negativos, duermen en pocilgas, en fin
«, fue solo uno de los relatos de Adria Soriano, quien, recientemente, hizo historia para nuestro país en la Copa Davis, lo que le permitió darse a conocer mucho más.
Recordemos que el colombo español fue clave en la remontada del combinado patrio sobre Luxemburgo, lo que permitió ascender y, ahora, medir fuerzas con Japón. Dicha serie se disputará en septiembre, en busca de un cupo a los qualifiers. Allí, espera volver a ser convocado y seguir cumpliendo sueños, esos mismos que para algunos se vieron truncados.
¿Ha sido muy difícil llegar hasta este punto?
«Por suerte soy un amante de este deporte y eso ha hecho que pueda salir adelante en situaciones distintas; no diría que han sido difíciles porque difícil es lo que hace otra gente, ‘difícil’ lo mío, entre comillas, porque al final tengo la fortuna de hacer lo que me gusta. Lo más importante es hacer lo que amas; si no lo estás disfrutando o lo haces por obligación y no quieres luchar por ello, mal. Nos movemos por motivación, ese es nuestro motor y si la hay, nunca se tirará la toalla».
Hablando de eso, ¿Alguna vez pensó en tirar la toalla?
«Personalmente, tuve una época, en Estados Unidos, donde entendí lo que era vivir tranquilo, ver lo que era la vida en las noches, no tener rutinas de entrenamiento diarias, salir con amigos hasta la hora que quisiera, que me podía ganar más dinero haciendo otras cosas que en el tenis, en fin. Además, ya tenía una carrera profesional y el mundo laboral es grande en todos aspectos. Eso me dio a pensar que para qué estaba sufriendo con el tenis, pero entendí que es lo que más amo».
¿Cómo se repone en esas situaciones adversas?
«Uno siempre se recupera y dices: ‘esto es lo que me gusta, me da la felicidad entera’.
Lo he dado todo por esto, consiga o no consiga el resultado. Además, lo que más pienso es que, en un futuro, pueda estar con la tranquilidad de que cumplí el sueño
y luché por ello. Al menos, me voy y podré vivir lo que quería, habiendo disfrutado lo que tenía en mi corazón. He hecho de todo lo que tengo a la mano para vivirlo al máximo, luchando día a día y buscando la manera de salir adelante».
¿Cuál es el mayor aprendizaje que le ha quedado?
«En situaciones más recientes, cuando no ganas muchos partidos o todo es adverso, ves que la cuenta bancaria empieza a acercarse a los números negativos, no ves por dónde sacar dinero para poder seguir viajando, se torna difícil. Se habla un poco de lo difícil que es económicamente este mundo del tenis, en especial cuando recién estás empezando. Hay mucho estrés, es difícil de solucionar y más con tan solo 22 o 23 años, no es nada fácil. Ahí es cuando uno más aprende cosas».
¿Y nunca se arrepintió de esta decisión?
«Mira que, por el contrario, cuando uno atraviesa esas situaciones, es el momento exacto en el que uno más crece y te da un impulso en lo personal y deportivo. Supongo que es lo benéfico de esos casos, te hace madurar, aprender mucho de ti mismo y ser muy real, aprendiendo, no sé si a las malas, pero sí un poco más cerca de la realidad. Agradezco también los momentos de dificultad, porque hacen que cada vez me conozca mejor y entienda cada cosa que necesito en mi vida».
¿Vivir del tenis es muy complicado?
«Había canales de YouTube que enseñaban lo que era la vida de un tenista a nivel bajo y hay historias por montones. No te alcanzas a imaginar las pocilgas donde duermen, las barbaridades que llegan a hacer para competir una semana más. En fina. Ahora, yo nunca he tenido que hacer eso. Claro, sí he dormido en una habitación mala, pero tenía cama. Hay gente que quiere hacer cosas y no puede, por falta de recursos, a veces no pagan lo que deberían, no es fácil, cuentan de todo».
¿Alguna historia en particular que recuerde?
«Hay mil historias de gente haciendo barbaridades para jugar al tenis y algunas salieron adelante, lo consiguieron, pero, la mayoría de los casos, desafortunadamente, no pudo.
Cuando hablas de momentos duros, lo son, pero repito que siempre hay otra opción: puedes dar clases, por ejemplo.
Por suerte, el mundo del tenis es muy grande y te da chances fuera de lo profesional. Si quieres vivir del tenis fuera de ser profesional, es más fácil a veces y todo, pero ya depende lo que decidas».
¿Qué consejo daría a quienes recién empiezan?
«A nivel global, el consejo más simple es que hagan lo que les gusta y disfruten haciéndolo. Antes el niño se la pasaba seis horas jugando al tenis por pura diversión, y para mí, una pista de tenis, era mi juguete favorito, me la pasaba allí y de una me olvidaba de todo, se me iba el tiempo. En la actualidad, mucho niño va a una cancha por obligación, por la presión de hacer felices a sus padres, pero no porque él quiera. Entonces espero que estén en una pista, cuando quieran y les nazca».
¿De qué manera se puede gestionar eso?
«Es importante generar una rutina, unos mínimos de repetición, limitar las horas en cancha, pero, en especial, que el niño sea capaz de disfrutar lo que hace. Si el pequeño se lo goza, es más fácil, porque cuando llegan los momentos difíciles, es capaz de jugar mejor, sacar adelante esas situaciones y todo porque lo va a asociar con algo que ama y no quiere dejar de hacer. A veces, forzar demasiado a la máquina, como algunos los tratan a sus 10 o 15 años, generará algo negativo en él».
Vea la entrevista exclusiva con Adria Soriano, en Caracol Sports