“Freddy está grave, pero sigue luchando por su vida”

Manuel Rincón al lado de su hermano Freddy en Independiente Santa Fe.
¿Sabe quién iba conduciendo la camioneta?
Esa parte no la tengo clara porque mi atención está en que Freddy salga de esto, que se recupere y que vuelva a estar con nosotros con la gloria del señor. Ya después preguntaremos los otros detalles.
¿Siendo Freddy el menor, lo ha aconsejado sobre la necesidad del cuidado y la disciplina en la vida?
Yo de vez en cuando me tomo un trago, pero no exagero porque me cae muy mal. Yo he sido más de mi casa, de comer, de dormir. Yo digo que en vez de gastar plata en trago, la gasto en comida. Uno siempre les dice a los hermanos que el trago no trae nada bueno. ¿Para qué uno matarse con su misma plata? Pero al que le gusta la rumba o salir, esa persona es difícil que deje todo eso. A veces no hacen caso, entonces es botar corriente con eso.
¿Le llegó a tocar el tema de los amigos de rumbas?
Siempre he dicho que los amigos se acercan cuando las cosas están bien, pero cuando las cosas marchan mal todos desaparecen. Uno tiene que mirar quién es el amigo. Faustino (Asprilla) es un amigo del fútbol, se conocieron hace años y se llevan bien, lo mismo Hárold (Lozano). Pero hay gente que se acerca por la situación donde uno está, y algunos empiezan a hablar mal y a dañar el vínculo familiar para meterse ellos. Mi vida en Manizales es tranquila, vivo retirado de la ciudad y tengo pocos amigos. En Buenaventura tengo dos o tres amigos. A mi me tocaron unos que creía que eran verdaderos amigos, y cuando llegaron momentos de crisis, desaparecieron. Los amigos buenos son los que uno debe cultivar, pero hay otros que no valen la pena y sé que Freddy tuvo amigos de esos.
¿La falta de un hogar sólido pudo influir para que Freddy sea más de salir con amigos?
De pronto, porque cuando uno tiene alguien al lado que lo aconseje no pasan esas cosas. Yo vivo con mi señora y mi hijo y siempre estoy tranquilo, eso ayuda mucho, la compañía familiar y los consejos. Yo estoy seguro de que Freddy Steven, el hijo, habla con el papá porque es un muchacho bien puesto y serio, y a lo mejor lo aconseja. Pero muchas veces uno como padre no le hace caso a los hijos.
¿El accidente sufrido en 2013 que por poco le cuesta la vida, pudo ser un aviso al que le debía poner cuidado?
Esos son avisos que el señor le manda a uno. Es como cuando tenemos fiebre, avisa que el cuerpo tiene problemas y que hay que ponerle cuidado. Él le había bajado el ritmo a las salidas y a la rumba por el programa de Win donde participa. Me dijeron que estaba más calmado y por lo que hablaba con mi hermana, me ratificaba eso, me decía que Freddy estaba más tranquilo, más en su puesto. Pero hay veces suceden cosas que uno no espera.
¿Cree que a Freddy lo ha golpeado duro la vida en su vida personal, en los negocios y hasta en una situación que lo llevó a la cárcel?
Freddy ha recibido muchos golpes y eso lo ha vuelto fuerte. Primero, la separación de la mamá de Freddy Steven, después ese problema que lo involucraron en un tema de mafia y que lo llevó a la cárcel en Brasil, y otras cosas como el accidente del 2013 y el de ahora… todo eso lo ha llevado a separarse de unas cosas. Son golpes que le da la vida a uno y que lo van curtiendo, y lo ponen a pesar en dónde está uno y con quién.
¿Como hermano cómo ha sido, sobretodo en sus momentos gloriosos?
Cuando Freddy estaba en la cima yo también jugaba fútbol y no tenía problemas, no necesitaba de él. Pero a mis otros hermanos les regaló de a taxis, ayudaba y estaba pendiente de todos, lo mismo que de mi mamá, con la que no consentía nada. Siempre ha sido buen hermano.